Vacaciones en el infierno [Priv] (+18)

Lun 26 Jun 2023, 04:05

Vacaciones en el infiernoResort Leviathan, Habitaciones. 11:00 P.M
— Que quede para el registro... esto es culpa tuya — soltó un leve gruñido bestial, como si de una criatura se tratara mientras acorralaba a su presa debajo de ella en la cama de tres plazas. Ahora mismo, estaba dejando un lado que pocas veces dejaba ver, su lado salvaje y sexual que solo salía con Jeanne. Desde que literalmente la hizo suya a voluntad, la relación de ambas había cambiado. Jeanne había dejado de mostrarse tan odiosa en presencia de Himeko y menos tsundere, incluso llegando a ratos a mostrar un lado adorable. Por otro lado, para su sorpresa, Himeko aprendió a tener un lado más humano. Oh, no la malentiendan. Seguía siendo una asesina hija de puta, pero al menos con Jeanne ahora se mostraba menos... rota o siniestra, mostrando un lado más cariñoso de lo que nunca creyó mostrar en su día. Cuestión, desde el día que la había hecho suya, aún si no fue del todo consentido, nunca más habían tenido relaciones sexuales, más que roces y algunos besos de vez en cuando...

... Hasta ahora, porque toda persona tenía su punto de ebullición y Himeko no era la excepción.

Para dar más contexto, habían llegado al Resort por medio de una invitación misteriosa. Himeko aceptó por dos razones. La primera, porque eran vacaciones pagadas y hacía años que no se tomaba unas. Y dos, porque algo no le olía bien de aquel lugar, por lo que estaba realizando sus propias investigaciones. Si no le gustaba lo que veía, iba a llover sangre. La cosa era, que como era normal, tenían que usar ropa veraniega. El bikini que se compró Jeanne, sin embargo.... Dejemos con que Himeko había tenido que hacer un esfuerzo sobre humano para ocultar la erección que ha tenido gran parte del día.

Por si fuera poco, la gente se le quedaba viendo de una forma tan babosa, que por primera vez estaban despertando los celos posesivos tóxicos en ella y se tuvo que mamar todo eso durante todo el día. Cuando llegaron al cuarto, tras un día de relajación y diversión, Himeko cerró la puerta de un portazo y empujó a Jeanne hacia la cama, colocándose encima para besarla con agresividad y lujuria. Su lengua se deslizó dentro de su boca, capturando la ajena, mientras mordía suavemente su labio inferior para extraer un poco de sangre.

— Deberé enseñarte nuevamente que solo eres mía — gruñó la asesina serial mientras bajaba su mano y agarraba una de sus tetas, apretándola con fuerza y sin medirse, puesto que sabía que Jeanne soportaría algo de brusquedad.

Lun 10 Jul 2023, 04:36

Paradise HellRESORT LEVIATHAN, HABITACIONES. 11:00 P.M
Unas merecidas vacaciones es lo que necesitaba, un día entero sin tonterías moralistas o el sin fin de asesinatos que su master tenía sobre los hombros. A decir verdad no le molestaba y disfrutaba de contribuir en sus trabajos, después de todo su resentimiento por la humanidad era enorme y Himeko sabía cómo alimentarlo, dejándola destruir Todo a su paso y acabar con Todo sin restricciones… y era quizás eso por lo que necesitaba relajarse un poco, más que nada porque la dulzura oculta bajo la negligencia de su master comenzaba a confundir sus emociones, sus sentimientos.

¿Cómo terminaron así? Aun la odiaba por la forma tan brusca en que tomó su virginidad, él como ese acto de amor fue obligado en principio tras vientos de roces y tensiones entre ambas, pero era su propia desconfianza la que la obligaba a no aceptar que le gustaba ser tratada con deseo. ¿Y qué excusas le ponía esa mujer? De todo tipo, desde la excusa de brindar maná hasta el romanticismo más empalagoso, ¡no la soportaba! O eso es lo que fingía, porque ella misma buscaba sus besos y atenciones bajo una fachada de disgusto que solo ella podía descifrar. — Ah… voy a disfrutar esto. — Se Murmuró a sí misma cuando salió con ese bikini y medias largas que resaltaba su figura, llama la atención pero a quien quisiera sobrepasarse solo tenía que asesinarlo.

Y así fue, un día completamente normal en el que disfruto de la piscina, de la mirada de hombres estúpidos que solo podían imaginar estar con una mujer y de lo que era ser servida por Los trabajadores por cualquier capricho. No tenía mucho reparo en mostrar piel y pudo notar, de reojo, como eso molestaba a la pelirroja, por lo que más de una vez finjo que el hilo de su bikini estaba por caer frente a turistas solo para verla morder sus labios en desesperación, esa expresión molesta le llenaba de vida.

Pero no esperaba que eso se le regresara tan pronto.

¡¿Cómo es que pensaba hacer "eso" de nuevo?! Presionó con fuerza sus labios cuando presionaron su pecho con esa fuerza, sus piernas se movían entre las sábanas y sus brazos sostuvieron a la mujer por los brazos. — N-no le pertenezco a nadie, si Esto es por mostrarle mis pechos a esos turistas puedes parar ya, master… — Murmuró con cierta rabia en su voz y con la respiración un poco agitada, de sus labios escapaban un hilo de saliva y podía notar como ese simple beso la llenaba de pasión, una que su cuerpo no podía ocultar de su master, pero si sus palabras. Sus piernas se flexionaron para quedar alrededor de la mujer, su cuerpo tendido sobre la cama movía las sábanas y se acomodaba en ese forcejeo, maldiciendo por dentro pero agradecia al mismo tiempo de que al menos esta vez la hiciera suya en una cama, podría no ser una doncella… pero en el fondo quizás era un poco como una. — ¿Quieres besarme con tantas ganas? Pensar que eres ese tipo de master… Te dejare hacerlo esta vez, despues dejame en paz, hm. — Sonrió con malicia y satisfacción, sabía que con solo darle un poco de calentura a ese cuerpo la dejaría en paz.

Se negaba a creer que volverían a unir sus cuerpos.

Con sus piernas fue que le abrazó por la cintura y atrajo su cuerpo hasta el de ella, sus brazos le rodearon por la espalda y de esa forma hizo que sus pechos se presionaron con los ajenos, restregando su piel bajo sus el bikini y con toda la seguridad de que eso no podía pasar a mayores. Dejó que sus besos se intensificaran y metió su lengua para danzar con la ajena, mezclando su saliva y disfrutando de ese momento de intimidad en la oscuridad, con solo el sonido de sus labios como fondo y sus mejillas rojas por la vergüenza.

Lun 17 Jul 2023, 02:01

Vacaciones en el infiernoResort Leviathan, Habitaciones. 11:00 P.M
Sin duda alguna, Jeanne tendría que haberlo visto venir. A estas alturas, ya debía de saber muy bien como es que era Himeko. Directa y sádica Himeko, alguien que tomaba todo lo que le gustara, aún si tenía que hacerlo a la fuerza. Y le gustaban pocas cosas, por lo que de por si además resultaba ser alguien sumamente posesiva. Su sonrisa se ensanchó al escuchar las palabras de la albina y soltó una pequeña carcajada. — Me alegra que estés plenamente consciente de que fue lo que me ha trigeado. Me ahorra tener que darte explicaciones — y ahora su su sonrisa se volvió un tanto sádica y posesiva. — Espero estés preparada para el castigo, porque realmente creo que debiste haberlo visto venir — murmuró mientras su mano se deslizaba por su abdomen, acariciando este muy lentamente.

Notó la posición en la que estaban. Sus pechos presionados contra los ajenos... Todo su cuerpo presionado al suyo. No pudo evitarlo, sus palabras le sacaron una honesta carcajada. — ¿Solo un beso? No, espero que estés plenamente consciente que vamos a hacer mucho más que eso. Debo castigar a mi servant que lleva provocándome todo el maldito día, ya sabes — su sonrisa se ensanchó levemente. — La vez anterior solo fuimos directamente al acto tras torturarte un poco... Pues ahora si que te voy a torturar. Comparado con lo que te haré ahora, vas a terminar rogándome que lo haga siempre — sentenció con cierta agresividad.

Estiró su mano y tomó algo del cajón de la mesita que tenía allí al lado. Sin decir nada, rodeó los ojos de Jeanne con esto. Era una cintura para cubrirse los ojos, de color negro, así no iba a ver absolutamente nada. Y con la otra mano, tomó unas esposas, nuevamente aprisionándola de sus manos contra la cabecera de la cama. — Mírate, nuevamente estás atada, como la otra vez. Estoy creyendo que te está gustando ser tomada de esta forma, querida — soltó una suave risa. Aunque la cinta de los ojos era nuevo, la vez anterior al menos la dejó mirar.

Ahora, ¿qué podía hacer primero? La vez anterior solo la masturbo y torturó de esa forma, concluyendo tomando su virginidad vaginal y ya. No, ahora quería hacer mucho más y se aprovecharía un poco del poco conocimiento de Jeanne y de que no podía ver. Antes de lo sucedido, Jeanne era completamente virgen, por lo que no tenía conocimientos acerca del pene de una persona... y era algo que iba a usar en su favor. Al no tener conocimientos de ello, dudaba que supiera como es el aroma precisamente de uno, así que...

Poniéndose manos a la obra, se bajó sus prendas inferiores, dejando a la vista su erecto miembro. Se acercó cual serpiente ahora, sin decir nada. Si no decía palabra alguna, era mucho mejor, porque llenaría de incertidumbre a su servant. Sin decir nada, presionó el glande de su pene contra esos deliciosos labios de Jeanne. No iba a presionar, ni iba a tomar forzosamente su boca. No, al tener esa cinta en los ojos y que no sabía precisamente como es que era el aroma de un miembro de cerca, estaría jugando con sus sentidos. Con eso, quería que lamiera por cuenta propia y solo al final cuando ya terminara, es que le dejaría ver que erra lo que precisamente había estado chupando...

Jue 27 Jul 2023, 03:00

Paradise HellRESORT LEVIATHAN, HABITACIONES. 11:00 P.M
— Tsk… Eres una mujer realmente sádica, pensar que una mujer mucho más retorcida que yo me invocará… No soy tu juguete, puedo mostrar toda la piel que pueda cuando quiera. — Alzó la voz y comenzó a sacudirse bajo a su cuerpo, tirando de las sábanas y ejerciendo más presión sobre sus pechos, creando roces entre sus piernas y sintiendo como la temperatura de su cuerpo aumentaba. En realidad no sentía la necesidad de revolcarse con otros humanos, mucho menos de molestar a la peligrosa mujer que tenía enfrente, pero su orgullo el impulsaba a seguir desafiando, a no caer ante las tentaciones y negarse a llegar más allá, a pesar de que eso significaba que su tan querida master controlará mejor su mana cuando no estaban en una mision. — ¡Hum! Nunca le rogaría a un humano, intentalo. — Volvió a ladrar desafiante, con una sonrisa ladina antes de sentir como la mujer la presionaba con más fuerza, tomándole de las mejillas y atando sus muñecas con unas esposas sin siquiera poder hacer algo.

¡Esa maldita!

Jeanne estaba mucho más débil que de costumbre, y con solo la tela de su bikini separándose del contacto directo era difícil moverse. Sus piernas se abrieron un poco, soltando un ligero quejido al perder su visión y sentir algo de temor por las atenciones de la mujer. Pensó en cómo sus dedos la tocaron, como volvería a morder sus pezones como si fuesen caramelos y su orgullo no le permitía aceptar que lo esperaba. Apretó sus labios, tenso sus brazos y culiando por fin sintió que algo subía hasta su rostro fue que escupe, sinvergüenza mojando ese miembro erecto que se escondía al otro lado de las vendas, con altanería y forzando más las esposas en un intento de escapar. — Solo a una pervertida como tu le gusta atar a sus… lo que sea. —Inflo una mejilla, con las mejillas sonrojadas y la respiración agitada. No había forma que disfrutara eso, expectante por cómo usaría su cuerpo y sus labios… ¡No lo admitiría tan fácilmente!

Respiro hondo y en su inconsciencia intento grabar el aroma de ese “juguete” que su master le acercaba con peligro a sus labios, volvió a presionar sus labios impidiendo que éste rozará más o entrara, solo sintiendo esa punta tan cerca. Suspiro, su aliento golpeando el miembro de la mujer, y como está lentamente sacaba su lengua para lamer un poco, con algo de vergüenza y curiosidad por lo que en verdad buscaba. — ¿Qué es esto? ¿Otro de sus extraños juguetes? — Rió con malicia, entendiendo el extraño fetiche de Himeko… siendo ambas chicas no les quedaba más que jugar de esa forma, ¿no? Desconcia a los hombres, pero había visto suficientes objetos en las cajoneras de la mujer como saber que tenía unos gustos extraños, unos que no estaba lista para cumplir. — M-mas te vale soltarme después de esto… — Murmuró en bajito, dejando que esta acerque más su miembro y exhalando con pesadez, sin saber a lo que se enfrentaba abrió sus labios y beso con cuidado con la sensación de algo suave pero duro en su boca, pronto siguió lamiendo y como pudo se acomodó bajo su cuerpo, descansando su cabeza contra la almohada y sus piernas flexionadas, listas para empujarla cuando tuviera oportunidad.

Pero, entre sus largas lamidas y toda la saliva que iba empapando su miembro el reaccionar le fue imposible, ¿que era eso tan caliente que recorría su lengua? Su pecho latia co fuerza y de un momento a otro toda su boca fue llenada y el aroma de su sexo inundaba su nariz. Intentaba escupirlo, su lengua empujaba la punta y la base que iban entrando y saliendo, aun lento era embriagante y su sabor, aunque extraño, comenzaba gustarle, quizás por mero instinto o quizás por adentrarse en ese momento que compartía, donde fingía no querer nada pero esperaba ansiosa que tipo de castigo tenía su Master para ella.

Vacaciones en el infiernoResort Leviathan, Habitaciones. 11:00 P.M
— Oh, querida... ¿Pero quién dijo que era humana? — mencionó Himeko mientras su sonrisa divertida se ensanchaba. — Creo que a estas alturas ya debiste haber visto algo de mi pasado en los sueños de máster y servant, ¿no? Ya deberías hacerte una idea de con quien estás lidiando — ella era Himeko, una completa y vil asesina. Creada como una super humana artificial en un laboratorio, solo para ir en contra de sus creadores, terminando por asesinarlos a todos sin el más mínimo escrúpulo. Y aún así, buscaba asesinarlos a todos ellos también. Himeko era alguien completamente retorcida y aún así... Había abierto su corazón a una persona, en este caso, había sido a Jeanne. Hasta ahora, había sido la mejor decisión que había tomado en su vida. Su personalidad era... única...

... Tan única que quería ver hasta que punto podía llegar a romperla y volverla sumisa y obediente ante ella.

Ladeó un poco su cabeza ante sus palabras y arqueó una ceja. — ¿Mis qué? ¿Amantes? Por favor, eres la primera que tengo... y la última. No me interesaban esas cosas anteriormente, así que siéntete afortunada — mencionó con cierto deje de lujuria en su tono de voz, relamiéndose con cuidado mientras continuaba empujando su miembro contra sus labios, buscando el más profundo deleite. Cuando finalmente empezó a lamer, un escalofrío recorrió su espalda y cerró sus ojos momentáneamente. Era mucho más delicioso de lo que creyó en primera instancia, a decir verdad. — Mmmm... Ah, pero no sería una sorpresa si te lo dijera ahora. Tarde o temprano lo sabrás, ahora simplemente deléitate y lame con ganas — murmuró, haciendo un increíble esfuerzo para no gemir.

Si lo hacía, eso le haría sospechar de lo que probablemente podría ser y de momento no quería mostrárselo. No, quería que admitiera que le gustaba su sabor y solo allí, le quitaría las vendas para que viera lo que en verdad se encontraba chupando. Cuando continuó usando su boca de esa forma, cerró sus ojos y arqueó un poco su espalda, mordiéndose firmemente su labio inferior para evitar soltar un gemido. Aquello estaba siendo más difícil de lo que había pensado en una primera instancia, pero iba a prevalecer. Aquello no era nada, podía aguantar.

Momentos después, ella misma no tuvo que seguir impulsando su polla en su boca. Más que nada, porque la misma Jeanne empezó a mover su cabeza y boca, chupando por cuenta propia su miembro viril, a lo que sonrío con deleite. — Veo que le cogiste el gusto. ¿Te gustó su sabor? Hace rato que deje de mover eso contra tu boca y ahora estás lamiéndolo por cuenta propia — mencionó con cierto deleite en su tono de voz, queriendo verla caer completamente. No iba a romperla del todo, no. No quería a alguien "broken" a su lado, pero si quería hacerla caer lo suficiente para volverla sumisa ante ella, pero manteniendo su identidad.

Paradise HellRESORT LEVIATHAN, HABITACIONES. 11:00 P.M

¿Sorpresa?

En sus sueños los recuerdos de Himeko a veces se mezclaban con los suyos, mostrando solo un mar de horrores y suposiciones entre el odio, la muerte y la incertidumbre de su existencia. Si, Jeanne sabía la verdadera naturaleza de su master, o al menos hasta cierto punto, pero era incapaz de verla como algo más que una mera humana que usaba su mamá para controlarla, una que solo buscaba la muerte tanto como ella y dejaba que sus llamar ardieran com fuerza entre la hipocresia de su especie. Quizás esa era la razón por la que eran tan compatibles, porque alimentaban su desprecio por otros y premiaban la crueldad, quizás por ello es que se sentía tan agusto a su lado y tan segura de molestaria, aun cuando su castigo era lamer un juguete hasta satisfacer a la mujer.

Pero, ¿porque tenía ese extraño olor, sabor? Aunque no era dulce la textura de esa "cosa" era embriagante, más pensar en cómo la susodicha disfrutaba de verla en un acto tan obsceno le hacía rabiar.

— Hum, ¿uno de tus jueguetes entonces? — Comentó sacando por unos segundos casi todo el miembro, solo dejando la punta entre sus labios para que sus palabras pudieran escucharas, ahogadas pero claras, dejando que la saliva escurría desde la punta hasta la base y con su aliento caliente sobre la piel. — De saber que tenias gustos tan simples y aburridos lo habría hecho antes, que simple eres, master. — Solo una pequeña risa mientras pasaba su lengua por la punta, saboreando hasta el último milímetro de piel antes de volver a introducirlo hasta la mitad, con algo de dificultad por su posición y al ser su primera vez, pero egocéntrica de imaginar a la mujer exitada solo por verla lamer un palo, de cómo podía saciarla con tanta facilidad y la burla que eso significaba.

Si tan solo supiera lo que tenía entre sus labios su reacción sería otra, pero en su inocencia sólo disfrutaba por la sensación.

Dejó de hablar para concentrarse en el acto y mover su cabeza, introduciendo lo más que podía con un vaivén lento, haciendo presión entre los labios para succionar con ganas, con hambre. El mero sonido también comenzaba a excitarse y pensar en lo que se venía, mas no lo admitirá, sus piernas se cerraron por instinto para ocultar como su entrepierna se humedecía y sus manos, presas de las ataduras, jalaban con algo de fuerza para liberarse y huir. Jeanne podía fantasear con encontrar los dedos de Himeko nuevamente en su clítoris y sus labios en sus pezones, pero prefería resistir esos encantos con tal de mantener su ego intacto, aunque volviera a tomar su cuerpo no se rendiría sin pelear… o al menos fingir que no.

La mujer siguió todo lo que pudo, cada vez más rápido solo para complacerla y esperando que eso fuera suficiente, extrañaba que ese momento durara tanto tiempo… ¿Acaso se estaba masturbando mientras la mirada? ¿¡No podía hacerlo más rápido?! Maldición, tenia roda la noche por delante y no podría dormir si seguía con esas esposas, por lo que decidió intensificara un poco el acto y dar un ligero mordisco al detenerse. Introdujo su miembro, con fuerza, para que rozara todos sus adentros y así poder envolverlo con su lengua antes de hincar sus dientes con sutileza, por un segundo, pero sin lograr introducirlo por completo. Podía seguir, más se hacia la digna, si quería seguir entonces tendría que moverlo ella.