Cinnamon Love [Priv] (+18)

Recuerdo del primer mensaje :

Noche melancólicaAño 2020, Casa de Gudako, Kyoto. 3:00 AM
Sudor bajaba por mi sien, teniendo mis ojos cerrados en un apacible sueño... Aparentemente. Desafortunadamente, la realidad siempre era muy distinta a como se presentaba, por desgracia, y en el caso de Gudako se entendía muy bien. En el día aparentando ser una estudiante común y corriente, pero que en realidad era una chica atormentada por recuerdos de su otra vida, la que había vivido previamente. Historias positivas... e historias negativas. Y para desgracia de la pelinaranjo, esta vez le tocó un sueño para nada apacible. Destrucción, caos, dolor... Sufrimiento. Estaba atrapada en su propio sueño e intentaba por todos los medios posibles despertar, pero estaba en una repetición en bucle del cual aparentemente no podía salir, por mucha fuerza de voluntad que tuviera.

Finalmente, tras mucho tiempo moviéndose en su cama, el cuerpo de Gudako se vio rodeado de unos fríos... pero a la vez muy cálidos brazos. El cuerpo de la pelinaranja dejó de temblar al cabo de unos segundos y lentamente empezó a salir de aquella pesadilla. Sus orbes dorados se abrieron lentamente, parpadeando para acomodarse a la oscuridad. Otro mal sueño. Normalmente ella no podía despertar por cuenta propia, viéndose forzada a vivir una y otra vez aquel tormento hasta el amanecer. Sin embargo, algunas veces podía escapar, pero dependía de una persona externa y que persona en cuestión. Notando los brazos que le rodeaban de aquella forma tan reconfortante, Gudako subió su mirada. Dorado chocó contra rojo, los cuales podía notar le estaban viendo con mucha preocupación.

Gudako suspiró un poco y un atisbo de sonrisa pasó por su rostro. Si Nobu era su pilar anti estrés, ella ayudándole a lidiar con todo el estrés que tenía encima y con toda la tensión que podía cargar, Eresh era la otra cara de la moneda. El pilar en el que podía apoyarse en el sentido emocional y que sabía que nunca le iba a juzgar. Los brazos de la joven máster se levantaron y rodearon también el cuerpo de la rubia, acurrucándose con suavidad.

— Lamento haber tenido que despertarte — le susurró.

Lentamente subió su rostro y le dio un suave beso en su barbilla, para luego pegar su mejilla en su cuello, reconfortándose en la presencia de la diosa. — No puedo controlar muy bien los sueños. Solo... llegan y pasan — murmuró, mordiéndose un poco el interior de su mejilla. Dolió un poco, pero no fue lo suficiente para sacar sangre.

Jue 27 Jul 2023, 02:22

Cinnamon LoveAño 2020, Casa de Gudako, Kyoto. 3:00 AM
Eresh cada vez agarraba más confianza, podía sentirlo. Lo que antes eran lamidas tímidas y tentativas, se iban volviendo cada vez más intensas a la hora de realizarlas. Sorpresivamente, arrancó un gemido de su parte y no pudo evitar tensarse, cerrando sus ojos por unos instantes. — E-Eresh... — susurró, sonrojándose levemente mientras se movía con suavidad, tragando un poco en seco. Cuando la boca de la rubia empezó a descender por su falo, la pelinaranja soltó un suave gemido. — Me encanta mucho como lo haces... — susurró con cierta suavidad, lentamente dejándose perder por el momento y entregándose completamente al placer. Las habilidades orales de la diosa eran increíbles. A cada lamida, a cada succión... A cada roce con su lengua, simplemente le estaba haciendo desear más y más.

— No lo aguantes. Simplemente, dámelo todo... — susurró con lujuria. Quería probarla... Quería que todo entrar en su boca, y no iba a desperdiciar ninguna sola gota.

Y eso fue lo que finalmente ella hizo. La rubia se corrió, a lo que Gudako no perdió su oportunidad. Su lengua fue recorriendo todo su interior, recogiendo sus rastros de esencia y llevándoselo a sus labios. Sin embargo, alguno de sus líquidos se filtraron, terminando por manchar sus barbilla y lentamente fueron deslizándose hacia sus pechos.

— Eso fue... Delicioso. Me encanta tu sabor... — murmuró con suavidad mientras mostraba una pequeña sonrisa ahora, un tanto sonrojada por la temperatura elevada de su cuerpo. Este estaba caliente, además ansiaba su propia liberación. Sentir como ella inconscientemente rosaba sus pechos con su pene, hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo.

Sin decir nada, la giró nuevamente, dejando que estuvieran en postura normal. — Yo aún no termino. Sigue lamiendo, Eresh... pero esta vez quiero verte hacerlo. Quiero que me mires a los ojos, quiero ver que tanto disfrutas de probar mi sabor. Quiero ver como te encanta y lentamente te pierdes en el placer... — murmuró mientras presionaba su glande en su mejilla, su miembro aún erecto. No debería quedarle mucho para terminar. Sospechaba que un par de minutos chupando y sería historia.

Vie 28 Jul 2023, 23:03

Noche melancólicaAño 2020, Casa de Gudako, Kyoto. 3:00 AMPoco a poco la diosa se comenzó a reincorporar, mientras escucha las palabras de su Master la cual parecía estar complacida no solo con las acciones de ña chica, sino que también con el resultado final que había obtenido de ella. Poco a poco comenzó a recuperar algo de fuerza en sus brazos a pesar que cuando se iba levantando, estos levemente demuestran un temblor en ellos, como si aun no recuperara del todo sus fuerzas.

- No lo se... quizás fue muy pronto...-

Le confeso sintiéndose un tanto avergonzada, aunque en las palabras de la chica parecía verse totalmente satisfecha de lo que había hecho; pero aun desea mas de ella y por lo visto aun esto no termina y ahora es su turno. Acomodo su cuerpo para que quedara frente a frente ahora, aunque ahora la situó sobre su sexo con su rostro sobre este; sintiendo como con su glande golpea su mejilla, entrecerrando levemente su ojo. Todavía se sentía duro y por sus palabras quería que la diosa lo disfrutara y ella desea ser espectadora de cada momento.

- Espero hacerlo tan bien como antes...-

Le menciono cuando levemente comenzó nuevamente a probar su miembro empezando a saborearlo desde la base de este para ir ascendiendo con su lengua de a poco, sintiendo realmente lo duro que se había puesto, quizás mucho mas de a como lo tenia antes; aunque aun así la diosa lo siguió lamiendo, ascendiendo de a poco mientras que no le quita los ojos de encima a su compañera tal como ella se lo pidió. Lo fue lamiendo hasta llegar nuevamente a su glande; el cual le dio un par de vueltas con su lengua hasta que finalmente lo introdujo en su boca; comenzando a saborearlo con sus labios y su lengua; una y otra vez, sacándolo de ella y luego nuevamente introduciendolo, mientras que con su mano rodea el resto de su miembro fuera de su boca y lentamente lo empieza a frotar contra sus dedos.

- ¿Te complace lo que hago, Gudako ?-

Pregunto para nuevamente introducir su miembro en su boca y volver otra vez a lo suyo, saboreandolo de forma intensa, rodeándolo en su interior con su lengua y aprenderlo levemente con sus labios; disfrutando de aquel dulce de sabor un tanto... peculiar.

Cinnamon LoveAño 2020, Casa de Gudako, Kyoto. 3:00 AM
— No lo fue. De hecho, duraste más de lo que creía — aclaró mientras soltaba una pequeña risa, esperando a que la diosa continuara con su trabajo oral. Le quedaba poco para correrse, por lo que quería recibir su último estímulo antes de pasar al evento principal. — Y creo que lo harás mucho mejor. Mientras más lo haces, mas confianzas agarras... Y más vas aprendiendo. El arte de las relaciones sexuales se basan en eso, después de todo, en aprender a medida que se hace. Nadie nace sabiendo hacerlo de cero — murmuró con suavidad. Bueno, las diosas del amor eran unas excepciones. Ellas sabían desde nacimiento por naturaleza propia, pero aquello daba un poco igual a estas alturas. Cuando empezó a lamer nuevamente, ella se mordió con suavidad su labio inferior y cerró sus ojos, dejándose ser completamente.

— Ahhh, ahhh — soltó suaves gemidos y tomó un poco de aire, perdiéndose ante el placer que recibía.

Arqueó su espalda y soltó otro gemido, al tiempo que se mordía levemente el labio inferior. Verla mamar de esa forma, así también como mirarle a los ojos mientras lo hacía, estaba siendo algo sumamente delicioso y le estaba llevando al máximo de sus resistencia. — Eresh... me encanta como lames... — murmuró mientras cerraba sus ojos y se dejaba ser, estando muy cerca de llegar a su tan ansiado orgasmo. Lo presentía y quería llegar al clímax de una vez por todas, pasara lo que pasara.

— Mucho, podría volverme adicta... — susurró, sonriendo levemente. Llevó su mano hacia su cabeza y lentamente acarició, a lo que cerró sus ojos y soltó un pequeño gruñido de placer.

Finalmente no pudo más y dio un último gemido, comenzando a eyacular dentro de la boca de su diosa. Liberó algunos chorros de semen y luego quitó su miembro, terminando también en su rostro y sus pechos, manchándola de esa forma. — Uhhh, que rico... Y te he marcado como mía, mi diosa... — susurró con lujuria, mirando aquel espectáculo tan erótico delante de sus narices. Verla de esa forma, manchada con su semen, era un espectáculo muy placentero visualmente.