[+18] Tying loose ends × Priv. Daén Vidore

Vie 23 Jun 2023, 13:31

Recuerdo del primer mensaje :

Tying loose endsResort Leviatán, habitaciones × día 1, 17:00 hrsAquel viaje fue largo, cansado, y terriblemente atemorizante para una fémina que surcaba por primera vez el cielo en un avión. Además, lo acontecido previamente ocasionó que tanto Master como Servant tuvieran mucho estrés encima, entre papeleos, charlas con la policía y una larga explicación del mundo actual que Daén le tuvo que dar a Zenobia para que no estuviera tan perdida; le explicó qué era el vehículo en el que se subieron la primera noche de conocerse, también los cambios en el mundo, la estructura de la sociedad y otros menesteres que terminaron por agobiarla hasta el cansancio, al punto de, por desgracia, no poder disfrutar la añorada compañía del caballero. Entre todo eso, apenas tuvieron tiempo para sí mismos. Una pena, pues llevaba aguantando varios días sus deseos que comérselo entero, de terminar lo que empezaron la primera noche; aunque no era capaz de leer mentes, podía deducir que él estaba igual. Cada noche que intentaban avanzar en el asunto, algo los interrumpía.

Pero… las cosas podrían mejorar, ¿cierto? con aquellas vacaciones improvisadas y de procedencia dudosa. Claro que pasó por la mente de la peliblanca que era muy sospechoso, pero no iba a negarse a conocer más del mundo solo por miedo o recelo. Desconocía mucho del mismo como para quedarse encerrada en algún lugar y no arriesgarse a las afueras. Así que un tanto emocionada como asustada, aceptó.

Un par de horas después descendió del avión ataviada con ropa que Daén le compró. No eran del todo cómoda, pero eran bonita y se ceñía a su figura a la perfección. Lucía guapa y decente, pero su rostro no parecía del todo sano. Seguía siendo su primera vez en las alturas y la morena no la pasó del todo bien. Estaba un poco azul, tensa y con el estómago revuelto. No se detuvo ni un minuto a ver la playa y sólo le pidió al rubio que la llevara a un lugar para descansar: su cuarto de hotel.

El lujo del lugar era asombroso, con habitaciones espaciosas, salas de entretenimiento, jacuzzi, chimenea y barra de snacks Y sólo una cama. Zenobia se echó boca abajo tan solo llegar y se durmió de manera casi inmediata, sin siquiera quitarse los zapatos o aquella prenda nueva llamada “sostén” que tanto le insistió la señorita de la tienda de lencería que se le vería espectacular. ¿Se le veía espectacular? Ni idea, pero era incómoda de cojones.

Despertó un par de horas después por unos ruidos dentro de la habitación, miró hacia los lados intentando buscar al culpable, aún soñolienta y sin poder enfocar correctamente.

—¿Eh? Pero qué… —preguntó arrastrando la voz debido al sopor del sueño que no la dejaba ir.

Tras unos segundos de ardua búsqueda dio con el culpable. Aquel guapísimo hombre de cabellera rubia, piel nívea, cuerpo de infarto y una curiosa cicatriz que lejos de arruinar su rostro, lo hacían ver más sensual.

—Daén, ¿qué haces? —preguntó, incorporándose hasta colocar los codos sobre la mullida superficie y recargarse en la palma de su mano. Intentó coquetearle, pero se vio más bien torpe cuando un bostezo deformó su expresión dé ligoteo— ¿Fuiste a dar una vuelta? No me gustaría que te perdieras de la playa por mi culpa.

Dom 09 Jul 2023, 03:30

Lun 24 Jul 2023, 20:23