Cocktail for Rome's fall × Priv. Viriato

Vie 23 Jun 2023, 09:18

Cocktail for
Rome's fallResort Leviatán, parque acuático × día 3, 13:00 hrsA Zenobia no le era raro, incómodo o intimidante andar de un lado al otro con un diminuto bikini cubriendo apenas lo necesario para no parecer vulgar. O tal vez sí lo parecía, pero siendo completamente honesta consigo misma: no le importaba. Su existencia no se limitaba a complacer a otros ni a encajar en la sociedad; por el contrario, disfrutaba transgredir la moralidad de la gente correcta. Probablemente verla en bikini en un resort era atrevido, más no alocado; ella vestía de esa manera todo el tiempo a menos que hubiese demasiado frío para obligarla a cubrir sus curvas, lo que hacía que su postura fuera mucho más extrema en otros entornos.

Pero… ahora estaba en la playa, no tendría que estar preocupada por miradas de lascivia y extrañeza, o comentarios groseros e irrespetuosos. ¿Cierto? Eso creyó… y erró. Al parecer ni en una playa se pudo salvar de eso.

Siendo nueva en este mundo aún no se acostumbraba del todo, pero se esforzaba por no prestarles demasiada atención. En todo caso, les dirigía una mirada amenazante y si eran lo bastante insistentes, no temía en darles un puñetazo que probablemente recordarán toda su vida.

Por otro lado, en los dos días que lleva de vacaciones, Daén siempre estuvo a su lado, custodiándola como si fuese de su territorio. No podía engañarse, le encantaba tener un lobo feroz cuidando sus espaldas, pero hasta cierto punto resultaba un poco abrumador.

Fue por eso que, mientras él tomaba una siesta en la habitación, se escurrió hasta la salida, ataviada con su nuevo bikini azul y sus largos cabellos platinados danzando a la par de sus contoneos. Tras un par de minutos llegó a los pisos inferiores en dirección al parque acuático. Fuera había bastante calor, el cielo deslumbraba un sol brillante y lleno de energía que acarició su piel morena con los primeros pasos que dio hacia la barra de coctelería al lado de una piscina enorme para adultos. En su camino sintió varias miradas clavarse en su cuerpo, pero las ignoró olímpicamente con una sacudida de su melena en respuesta.

Se sentó en uno de los bancos altos, sin perder su postura perfecta y los modales que la hacían una verdadera reina.

—Una piña colada, por favor —pidió al joven de la barra con una ligera sonrisa. El joven, de unos diecinueve años, se sonrojó al verla, aparentemente encantado de tener una belleza como ella frente suyo. Zenobia se esforzó por no poner los ojos el blanco, quería ser amable con las personas aunque le costara un esfuerzo sobrehumano por su carácter. Simplemente se quedó quieta y en silencio mientras esperaba su bebida.

Vie 23 Jun 2023, 15:21

playa sol y tranquilidad. al menos esa era la idea que tenia al momento de entrar en este lugar ¿Que que demonios hace el sanguinario y vengativo viriato en un hotel en la playa? Pues tenia curiosidad y vi la oportunidad de tomar un descanso. No todo puede ser odio y cruzada noble por purgar la sangre romana de la tierra... Ejem. Como sea no estamos a qui para las peleas (de momento al menos) Si no buscando un momento de tranquilidad. Lucitania no tenia salida al mar, jamás lo conocí en vida pero era rica en ríos y posas de todo tipo. Por lo que nadar era algo que dominaba y que en cierta medida disfrutaba luego de las jornadas de lucha que bien podían durar días. Esos pequeños momentos donde podíamos ser personas normales y no caudillos por un rato eran valiosos.

Debajo del agua con los ojos cerrados, casi podía trasportarme a mi tierra. Al abrirlos logre ver delante de mis ojos el fondo de un rio con sus piedras y su musgo. Peses que hacían su vida, tan solo esperando cerca cazando los insectos que pululaban sobre el agua, los rayos de sol creando patrones en el agua donde se veían toda clase de formas, y dentro de todas las formas comenzaron a formarse imágenes, veía a personas con espadas luchando y muriendo en una batalla que no identificaba pero estaba seguro había visto, tal vez voces del inframundo o puede que el interior de mi mente, salí del agua con un nado relajado apenas salir a la superficie fue como cruzar una puerta, ya estaba otra vez en el mundo real. Al mirar abajo no estaban peces ni piedras ni musgo, tan siquiera el lecho rocoso del rio, solo era la piscina en la que me hundí antes.

Sali de ella aun goteando agua, no tenia la armadura ni las armas, solo una bermudas y los 5 brazaletes que nunca me quitaba, reflejaban la luz del sol con un brillo cobrizo, me dirigí a la barra y fue cuando la vi, "Bum la chica del bikini azul" justo frente a mis ojos, esa tez morena era algo que si bien era extraño le lucía de maravilla, mostraba su cuerpo sin decoro. Se que los tiempos cambiaron pero ver so era demasiado tentador para dejarlo pasar. - Pero que Hermosa se puso la tarde ¿Esta sola señorita?- Le dije mientras tomaba asiento junto a ella, dejándole espacio personal era mejor ser prudente, este mundo ha demostrado no ser el que conocía.

Sáb 24 Jun 2023, 19:37

Cocktail for
Rome's fallResort Leviatán, parque acuático × día 3, 13:00 hrs El chico del bar llegó con su bebida y se la ofreció con esa sonrisa estúpida de ligón en el rostro. Zenobia aceptó la bebida y la sonrisa, respondiendo con un breve movimiento de cabeza en agradecimiento, sin decir nada más.

La morena no conocía mucho de bebidas alcohólicas actuales, pero esa que tenía en mano se la ofrecieron apenas llegar al hotel, en el recibidor, y le gustó tanto que pidió que le repitieran el nombre hasta aprendérselo, y una vez logró grabar aquel nombre con tinta en su memoria, se dispuso a dormir toooodo el día. Tomó su adorada piña colada hasta el día siguiente, y en ese momento se prometió solo beber eso. ¡Era absurdamente delicioso!

En su tercer día nada había cambiado y pidió la piña colada como un ritual de su estancia en el resort. Le dio un primer trago y su espíritu se alegró. Disfrutaba del sabor y lo mantenía en su boca hasta que era necesario tomar otro trago y así susecivamente.

Hasta que una voz habló.

Era un hombre de su edad, tal vez; de piel blanca y una larga cabellera ondulada que brillaba castaño rojizo por la luz del sol. Lo más peculiar en él, y lo que llamó su atención, fue una serie de brazaletes que usaba en ambos brazos y el cuello. Le recordó a sus propios grilletes y cadenas que dejó en la habitación del hotel. Era seguro que se trataba de un servant o pseudoservant, pero ¿acaso él también era romano?

Le dirigió una mirada larga, tranquila, intentando descifrarlo. Quizá llegándolo a incomodar un poco.

—Estaba —respondió, terminando su bebida y poniendo el vaso vacío sobre la barra. Liberó su mirada de aquel desconocido y se movió hasta el barman para pedirle con señas que le sirviera otro— sí, lo está… hace el sol perfecto para darse un chapuzón —añadió con una ligera sonrisa. Volvió a escudriñarlo con la mirada, notando que se encontraba mojado de las bermudas— al parecer tú te adelantaste, ¿recomiendas la experiencia?

La nueva piña colada no se demoró mucho en llegar a las manos de la peliblanca, quién apenas recibirlo se lo llevó a los labios para darle un gran sorbo.

—¿Quién eres? —preguntó cuando sus fauces estuvieron libres.

Dom 25 Jun 2023, 04:09

-Estaba- Dijo y le siguió una mirada que si matara no fueran necesarias las espadas o las lanzas. Una mujer de temple por lo que veía el porte era muy particular, una persona importante. Puede que un miembro de la realeza o simplemente alguien de muchos recursos. Esa mirada no era de persona criada en pueblo, ni tan siquiera de persona que se crio con recursos no, era la mirada de alguien que pensaba que el mundo entero era suyo. La veía mucho en los generales romanos, pensando que solo aplacaban una rebelión en lo que era por derecho su tierra. Pero este no era el caso, o al menos no tenia pruebas que lo fue de momento, era mejor dejar las cosa de esa manera pero resultaba curioso cuando menos. Escuche su comentario sobre el dia y "corrigiendo" lo de su esplendor, era evidente que no le caí bien de momento. Pero no me rechazo totalmente buena señal. -Era demasiado tentadora para dejarla pasar. - Le dije en respuesta.

Cuando mire al costado vi al bartender mirándome ¿Cuánto tiempo tenia en ese lugar? Rápidamente pense en algo. -Agua miel, si no lo tiene un coctel dulce, gracias. - No conteste a su comentario de adelantarme a la piscina de la chica pero tenia la escusa de estar hablando con el bartenter, lo que si llamo mi atención fue su ultima pregunta -¿Quién eres?- Una pregunta tan fácil y a la vez tan complicada. -Nadie importante, solo un Lusitano que defendió su tierra hasta las ultimas consecuencias, me llaman Viriato por los brazaletes.- Dije con calma, como si no fuera mas que una presentación normal, el chico llegaba con un licor trasparente salvo por pequeñas escarchas en el liquido, me llamo la atención su olor que desprendía dulzura, que licor tan extraño y fascinante.

-¿Esta bueno? Su trago quiero decir.- Le dije confiado antes de tomar un trago de la bebida, era más seca de lo que pensaba pero no estaba mal, aunque no me esperaba la primera patada que me dio. -¿Y quien es la que adorna este mundano lugar con su belleza señorita?- Le pregunte relajado, en este punto ni siquiera la miraba salvo por una mirada de refilón cada tanto. No es que no me interesara solo quería por un lado evitar esos ojos y por otro decirle que no era peligroso o al menos que se lo creyera.

Sáb 01 Jul 2023, 03:50

Cocktail for
Rome's fallResort Leviatán, parque acuático × día 3, 13:00 hrsCruzó la piernas, colocando una encima de otra para mayor comodidad y poder seguir bebiendo tan desenfadada y relajadamente. No estaba del todo mal lo que las personas de este siglo llamaban “vacaciones”; prácticamente un tiempo de ocio en el que se dedicaban a tontear y a relajarse, con buena comida, buena bebida y buen clima acompañando su jornada. En definitiva, Zenobia podía acostumbrarse a eso.

—Tienes un buen punto —dijo, para volver a llevarse el filo del vaso a los labios y darle un buen trago a su bebida. Pero al terminar no volvió a dejarlo sobre la barra de madera, sino que se lo tendió al caballero, dándole libertad de probarlo él mismo y juzgar bajo su criterio— es una piña colada; así le dicen —finalizó.

Una vez el vaso se encontró en su descanso en la barra, Zenobia recargó uno de sus codos en la superficie y acunó su propia mejilla en la cuenca de su mano— Un Lusitano, eh… —comentó, saboreando la posibilidad de que ambos hayan vivido en tiempo similares y pudieran compartir una visión más amplia de su propia megalomanía— yo tengo unos parecidos —comentó, refiriéndose a sus brazaletes— aunque los míos son de esclavitud —añadió con una sonrisa en los labios, lo cual parecía perturbador después de lanzar aquella bomba. No es que Zenobia disfrutara su vida de esclava, sino que le divertía ver la reacción de otras personas al cruel destino que vivió antes de morir. Al parecer más de una se espantaba o incomodaba, y ella adoraba poner a otros en aprietos.

—Soy Zenobia… —empezó, cambiando un poco su porte a uno más poderoso y magnífico, como si tan solo presentarse la hiciera ver cien veces más intimidante; como si esas palabras tuvieran algún efecto en ella y en su alrededor— …emperatriz del Imperio de Palmira, conquistadora de Egipto y la esclava que los romanos nunca pudieron amedrentar —le dio un trago a su bebida, acabando su segunda ronda y pidiendo una tercera al mesero, con una mirada que denotaba intensidad— y solo por si hay dudas, no soy un adorno; yo reino el lugar.