Odio tener que hacer esto... pero creo que necesitaré tu ayuda (Priv. Arrian)

El mundo era muchísimo más extraño de lo que en verdad parecía.

Eso era lo que pensaba, Tsubaki Imai, joven japonesa de 18 años de edad, recién empezando a estudiar la carrera de Teología. La teología es el estudio sistemático de la naturaleza de lo divino y, más ampliamente, de la creencia religiosa. Su objetivo es analizar lo sobrenatural, además de tratar con la epistemología religiosa y buscar la respuesta mediante alguna revelación. Esa desición de estudiar dicha carrera fue alentada por sus padres, ésto después de haber tenido un encuentro inesperado con dos servants que estaban luchando en la via pública, lo que la hizo abrir los ojos, ante una realidad que ella no esperaba ver. El shock había sido demasiado en ella, que la llevó a cuestionar todo lo que había aprendido. ¿Cómo era posible? Si existian los servants, cual era su proposito? Ella había escuchado de unas fuentes no oficiales, que los servants tenían maestros o masters, que los controlaban, pero que existian otros que operaban de manera independiente.

Encontró entre las fuentes, que, los masters poseían marcas en sus manos, aunque ella no sabría como poder comprobar que fuera verificable las marcas en su mano. ¿Ella, una master? Lo dudaba. Por esa razón, ella decidió entrar a la biblioteca, a las 10:10 de la mañana, en un día soleado, para averiguar sobre algunas leyendas que ella encontró en sus fuentes que eran de su interés. Por ejemplo, El Rey Arturo, legendario Rey de Bretaña y una figura central en la tradición literaria medieval conocida como La Materia de Bretaña. Sin embargo, también se había enterado que no eran las únicas leyendas que podrían estar implicadas en todo ese complicado asunto. Empezó a abrir un libro sobre la mitología greco-romana, y se encerró para leer, con el objeto de intentar encontrar algo, alguna pista, algún indicio, algun rastro, lo que sea. Puso el libro en la mesa, y empezó a leer dios a dios, mito a mito.